Patas rojas en perros
Con frecuencia, los perros sufren procesos que originan el enrojecimiento de la piel de sus extremidades o sus almohadillas. Las causas que pueden dar lugar a esta alteración son múltiples e incluyen desde procesos alérgicos e infecciosos hasta malos cuidados de las uñas y la zona plantar.
¿Por qué mi perro tiene las patas rojas?
En este primer apartado vamos a desarrollar las distintas causas que pueden originar el enrojecimiento de las patas de los perros. Pero antes de ello, debemos considerar qué parte de la extremidad se ve afectada por el enrojecimiento:
- La piel: al enrojecimiento de la piel se le denomina eritema. En los perros es más habitual observar el enrojecimiento de la piel a nivel de las axilas o ingles, en la cara interna de las extremidades o entre los dedos.
- Las almohadillas: el enrojecimiento será más evidente en los perros que tienen almohadillas sin pigmentar, aunque en caso de lesiones graves también se podrá observar en las almohadillas pigmentadas.
Una vez que hemos distinguidos las partes de las extremidades que se pueden ver afectadas por el enrojecimiento, vamos a ver cada una de las causas que las pueden originar.
Alergias
En los perros, existen distintos tipos de alergias que pueden originar el enrojecimiento de la piel de sus patas. Las más importantes son:
- Alergia alimentaria: en los perros con alergias alimentarias habitualmente se observa eritema (enrojecimiento) a nivel interdigital (entre los dedos), en las ingles y axilas. Además de las extremidades, también se suele observar enrojecimiento en el vientre y la cara, alrededor de la boca y los ojos. En estos casos, el eritema aparece asociado a otros signos clínicos, como el picor y la alopecia.
- Dermatitis atópica: en este caso, la alergia está producida por alérgenos ambientales como el polen o los ácaros del polvo. Se presenta de forma muy similar a la alergia alimentaria, con eritema, picor y alopecia. Es un proceso típico del Bulldog francés, dado que es una raza con predisposición genética a esta patología.
- Hipersensibilidad a la picadura de pulgas: está producida por alérgenos de la saliva que deposita la pulga al alimentarse, no obstante, no todos los perros con pulgas sufren este proceso, solo los que desarrollan una reacción de hipersensibilidad frente a estos alérgenos. En este caso, el enrojecimiento suele aparecer en la cara interna de las extremidades, en la zona lumbar y alrededor de la cola. Habitualmente, se acompaña de picor, alopecia y costras.
- Dermatitis por contacto: se trata de una reacción alérgica que se produce cuando la piel contacta con un "producto contactante", el cual puede ser un producto de limpieza, un barniz, césped, etc. Generalmente, el enrojecimiento aparece en la zona donde hay menos pelo, dado que este actúa a modo de barrera. Por ello, es habitual que se afecten los espacios interdigitales, las ingles y axilas, así como otras partes del cuerpo como el escroto o los labios.
Enfermedades infecciosas
Los microorganismos patógenos que puede originar infecciones en la piel son fundamentalmente bacterias y hongos. Cuando estos agentes producen una infección en la piel de las patas o de otras zonas del cuerpo, uno de los signos que se puede observar es el eritema o enrojecimiento de la piel. Las infecciones más comunes son:
- Pioderma superficial: es una infección bacteriana, generalmente causada por Staphylococcus intermedius. Además del enrojecimiento de la piel, se pueden observar zonas de alopecia con pústulas (acúmulos de pus en la epidermis) y un picor moderado.
- Dermatofitosis: es una infección producida por hongos de los géneros Microsporum y Trichophyton. Generalmente, aparecen lesiones rojizas y redondeadas en zonas con alopecia.
Enfermedades parasitarias
Las enfermedades parasitarias que pueden afectar a la piel de las extremidades están causadas fundamentalmente por ácaros:
- Demodicosis: causada por el ácaro Demodex canis. Coloquialmente se conoce como "sarna roja" dado que el eritema o enrojecimiento es uno de los principales signos clínicos que aparece en esta enfermedad. Además, se puede observar alopecia, engrosamiento de la piel, y otros signos variables como pápulas, pústulas, costras, hiperpigmentación, etc.
- Sarna sarcóptica: producida por el ácaro Sarcoptes scabiei. Es característico que inicialmente se afecte la cara, el borde de las orejas y los salientes óseos de las extremidades (como los codos, los tarsos o corvejones). Además de enrojecimiento, se observa alopecia, descamación, costras y un picor muy intenso.
Cuerpos extraños
Es bien conocido el peligro que representan las espigas para los perros. Con la llegada del buen tiempo, es habitual que estas "varitas" puntiagudas y con forma de flecha se queden enganchadas en el pelaje de los canes, o peor aún, se claven en su piel originando heridas, abscesos e infecciones. Una de las regiones en las que las espigas suelen clavarse con frecuencia es la zona interdigital (entre los dedos). En estos casos, se produce una inflamación a nivel interdigital en la que se puede observar enrojecimiento, hinchazón, calor y dolor.
Algunos elementos punzantes o cortantes, como cristales o clavos, también se pueden clavar en las almohadillas o en la zona interdigital, causando dolorosas úlceras e infecciones. Algo similar puede ocurrir cuando no se realiza un cuidado de uñas adecuado. La ausencia de un corte de uñas regular puede hacer que estas crezcan hasta clavarse en la piel, originando un proceso inflamatorio caracterizado por enrojecimiento, hinchazón, calor y dolor.
Temperaturas extremas
Tanto las altas como las bajas temperaturas pueden originar la inflamación y el enrojecimiento de las almohadillas de los perros. En verano, la temperatura del suelo puede llegar a ser muy alta (especialmente en pavimentos oscuros como el asfalto), lo que puede originar quemaduras en las almohadillas. Lo mismo puede suceder durante el invierno, cuando el suelo está cubierto por hielo o nieve.
Suelos abrasivos
Pasear durante mucho tiempo o realizar ejercicio intenso sobre suelos muy abrasivos, como el asfalto, el cemento o la arena de la playa, puede desgastar las almohadillas y producir enrojecimiento, incluso erosiones o úlceras.
Síntomas asociados a las patas rojas en perros
En la primera parte de este artículo hemos desarrollado las distintas causas que pueden originar el enrojecimiento de las patas de los perros. Sin embargo, en la mayoría de procesos este síntoma no aparece solo, sino que suele presentarse asociado a otros signos dermatológicos, tales como:
- Alopecia.
- Descamación o caspa.
- Pápulas: pequeños granos de color rojizo.
- Pústulas: acúmulos de pus en la epidermis.
- Erosiones y úlceras.
- Costras.
- Picor o prurito.
El conjunto de signos cutáneos permitirá orientar el diagnóstico y seleccionar las pruebas complementarias más adecuadas para conocer la causa que está originando el enrojecimiento de las patas.
¿Qué hacer si mi perro tiene las patas rojas?
Como has podido descubrir a lo largo del artículo, son múltiples las causas que pueden originar las patas rojas en perros. Por ello, siempre que detectes este signo clínico, es conveniente que acudas a tu veterinario/a de confianza para que pueda valorar la causa de esta alteración e instaurar el tratamiento más adecuado.
Por ejemplo, en caso de alergia alimentaria será necesario encontrar el alimento que produce dicha reacción y eliminarlo de la dieta. Cuando se produce una infección bacteriana, es necesario administrar antibióticos e incluso utilizar un champú específico. Si es la sarna demodécica la causa, administrar el antiparasitario adecuado es el tratamiento principal.
Como vemos, el tratamiento varía enormemente de una causa a otra, es por ello que es imprescindible identificar por qué el perro tiene la pata roja para curarla.
Remedios caseros para las patas rojas en perros
Como es lógico, el hecho de que existan tantas causas que pueden originar el enrojecimiento de las patas de los perros hace que no exista ningún remedio genérico que sea efectivo para todos los casos. Por ello, debes saber que para solucionar este problema es imprescindible que un veterinario/a realice un diagnóstico preciso y, en base a ello, instaure un tratamiento específico:
- Los procesos alérgicos pueden tratarse con inmunoterapia, dietas hipoalergénicas o dietas de eliminación. Además, se pueden instaurar tratamientos sintomáticos para controlar el picor, a base de glucocorticoides y oclacitinib.
- Los procesos infecciosos se deben tratar con antibióticos o antifúngicos, tanto orales como tópicos, y con antisépticos como el peróxido de benzoilo. Además, en estos casos es importante realizar una correcta limpieza y desinfección del ambiente del animal, empleando soluciones de hipoclorito sódico (dilución 1/10).
- Las enfermedades parasitarias requieren un tratamiento con fármacos antiparasitarios. Además, se puede complementar el tratamiento farmacológico con el uso de un champú específico.
- Las lesiones en las almohadillas o en la zona interdigital (por cuerpos extraños, quemaduras, abrasión, etc.) requieren curas periódicas, desinfección con antisépticos tópicos, vendajes, etc.
Si el enrojecimiento en las patas de tu perro está provocado por dermatitis, puedes consultar este otro artículo: "Remedios caseros para la dermatitis en perros".
¿Cómo prevenir el enrojecimiento de las patas en perros?
Algunas de las causas que originan el enrojecimiento de las patas de los perros, como es el caso de las alergias, no se pueden prevenir. Sin embargo, otras muchas causas pueden evitarse mediante unas sencillas medidas preventivas que recogemos a continuación:
- Mantener el ambiente que rodea al animal con un elevado nivel de higiene.
- Cumplir el programa de desparasitación interna y externa que paute tu veterinario/a.
- Cuidar la zona plantar de los perros: recortar periódicamente las uñas, evitar paseos por suelos muy abrasivos, muy calientes o muy fríos, evitar el exceso de humedad en las almohadillas y prestar atención a la presencia de espigas o de elementos punzantes o cortantes en el suelo.
- Hidratar las almohadillas cuando estén secas o agrietadas: se pueden aplicar pomadas con extracto de centella asiática, aloe vera o vaselina, que le proporcionarán a las almohadillas la hidratación y elasticidad que necesitan.