Patas hinchadas en gatos
Puede pasar que, en ocasiones, nuestros pequeños felinos sufran una hinchazón de alguna de sus patas por un proceso inflamatorio, infeccioso, tumoral, alérgico o traumático. Sin embargo, principalmente ocurre como resultado de diversas enfermedades o agentes infecciosos que pueden provocar que nuestros gatos se encuentren incómodos, cojeen, se laman la pata afectada y muestren cambios en su comportamiento por dicha molestia.
Pododermatitis plasmocitaria felina
Una enfermedad que puede afectar a las almohadillas plantares y palmares es la pododermatitis de células plasmáticas, una patología cuya etiología no está bien determinada, pero que se piensa que tiene un origen inmunomediado por la existencia de hipergammaglobulinemia, una afección de los linfocitos y depósito de complejos inmunes (antígeno-anticuerpo) con respuesta al tratamiento con glucocorticoides. Sin embargo, debe haber más factores involucrados en su origen, pues también responde al tratamiento quirúrgico sin el uso de inmunosupresores como los glucocorticoides.
Los gatos con pododermatitis felina presentan un ablandamiento e hinchazón de las almohadillas plantares y/o palmares con dolor. También se puede observar la pata roja en los gatos afectados al poder presentar hemorragia y ulceración, además de edema, malestar, lamidos de la zona afectada y cojera.
Tratamiento
Si esta enfermedad no se trata, se pueden producir infecciones secundarias y puede provocar tal dolor en los gatos avanzados que la pata entera se puede hinchar y ser muy sensible al tacto. A menudo, esta enfermedad se ve asociada a la amiloidosis renal o estomatitis de células plasmáticas.
El tratamiento debe incluir antibióticos como la doxiciclina, glucocorticoides como la prednisolona y, en los casos más avanzados, la extirpación quirúrgica de las ulceraciones.
Artritis
La artritis es la infección o inflamación de una articulación debido a causas infecciosas o no infecciosas. Cuando son varias articulaciones las afectadas se denomina "poliartritis", que no es lo mismo que la artrosis y consiste en una enfermedad degenerativa de las articulaciones, crónica y permanente.
Las causas de la artritis en los gatos son variadas, de manera que puede ser el resultado de heridas por mordiscos en peleas o a accidentes, así como por causas autoinmunes o reumatoides, infecciones víricas (leucemia e inmunodeficiencia felina), artrosis, infecciones bacterianas, caídas, aplastamientos o distensiones.
Los gatos con artritis pueden presentar los siguientes signos clínicos:
- Inflamación de la articulación que provoca un abultamiento o hinchazón de la pata afectada.
- Reducción o pérdida de la movilidad de la zona afectada.
- Descenso en la actividad física y el movimiento.
- Dolor articular.
- Crepitación articular.
- Depresión.
- Atrofia muscular.
- Mayor tiempo destinado al descanso.
- Aumento de la temperatura en la zona de la articulación afectada.
- Cojeras.
- Enrojecimiento de la pata afectada.
Tratamiento
El tratamiento de la artritis felina debe incluir antiinflamatorios no esteroideos (AINEs) para reducir la inflamación y el dolor de las articulaciones, mejorando la sintomatología del gato afectado. También se pueden usar suplementos que ayuden a la articulación, como la glucosamina y la condroitina. En los casos más graves de artritis, la cirugía se puede contemplar como última opción.
Tumores óseos
Las patas hinchadas en los gatos a veces pueden responder a algún tumor óseo de algún o algunos huesos de las extremidades. Los cuatro principales tumores óseos son el osteosarcoma, el fibrosarcoma, el condrosarcoma y el hemangiosarcoma, siendo el primero de ellos el más común.
Estos tumores pueden ser primarios si surgen directamente del hueso o secundarios producidos por metástasis de otros tumores como el mieloma múltiple de la médula ósea o el carcinoma de células transicionales de la vejiga. Afortunadamente, los tumores óseos en los gatos son menos agresivos que en los perros y normalmente no son tumores primarios.
Tratamiento
Los gatos con tumor óseo de las extremidades pueden debilitarse tanto que pueden fracturar el hueso, causando mucho dolor y cojeras, por lo que es normal que el gato no apoye la pata que tenga hinchada. Los osteosarcomas primarios pueden producir metástasis en los pulmones y nódulos linfáticos, aunque no siempre, por lo que el tratamiento dependerá de si están localizados solo en el hueso, requiriendo su amputación; en otros casos se deberá recurrir al uso de quimioterapia y radioterapia.
Traumatismo
Las caídas de gran altura, los accidentes, los atropellos, los aplastamientos y las peleas entre gatos pueden producir heridas profundas y superficiales en las patas, haciendo que estas aumenten de tamaño y se hinchen debido al proceso inflamatorio producido. Además, con este tipo de traumatismos las patas también pueden fracturarse o producir un esguince, lo que aumentará aún más la inflamación, la incomodidad y el dolor en el gato, que mostrará cojera y rechazo al movimiento o agresividad al intentar tocarle la extremidad afectada.
En otras ocasiones, especialmente por heridas en peleas, se pueden desarrollar infecciones bacterianas que producen abscesos o acumulación de pus y se aprecian como un bulto que hay que drenar y tratar con antibióticos, y nunca permitir que se disemine por el riesgo de llegar a la sangre y producir una septicemia.
Tratamiento
Si tu gato tiene una pata hinchada por un traumatismo, el tratamiento será médico a través del uso de analgésicos y antiinflamatorios, como los antiinflamatorios no esteroideos (AINEs), así como el reposo y, si hay infección secundaria, el uso de antibióticos y limpieza de la herida.
Edema
Las patas de los gatos pueden hincharse debido a un acúmulo de fluido en las mismas por un edema periférico, que consiste en una acumulación de líquido tisular excesiva dentro del hueco entre tejidos u órganos del animal, llamado "intersticio". Este trastorno puede ser causado, por ejemplo, por una insuficiencia cardiaca congestiva derecha, una insuficiencia renal o en casos de hipernatremia (aumento del sodio).
A simple vista, puede parecer que el gato no apoya la pata pero no se queja debido a que estos animales, en muchas ocasiones, saben disimular muy bien el dolor. Sin embargo, especialmente dependiendo de la parte de la pata afectada, puede resultar muy molesto.
Tratamiento
En este caso, ¿qué le puedes dar a tu gato si tiene la pata hinchada? El tratamiento debe basarse en tratar la causa que lo produce y, si es necesario, aplicar diuréticos para facilitar la eliminación del acúmulo del líquido.
Reacción alérgica a la picadura de un insecto
Por último, es habitual que un gato tenga la pata hinchada por una picadura. Insectos como las arañas, los escorpiones o las abejas pueden picar a los gatos en sus patas, o cualquier otra parte de su cuerpo, lo que hace que estas aumenten mucho de tamaño, hinchándose debido a una reacción alérgica a la picadura de los mismos.
Por ejemplo, cuando les pica una araña poco peligrosa, se produce un ligero entumecimiento y enrojecimiento de la piel con hinchazón de la zona, que puede hacer que los gatos se acicalen en exceso la pata y puedan producir un absceso. Si la araña es peligrosa, como la araña violinista, la zona se endurecerá y hundirá, pero conforme pasen las horas, podemos observar la pata morada del gato e incluso áreas pálidas que evolucionan a negras, así como costras oscuras que desarrollarán una úlcera. En el caso de la viuda negra, se pueden producir signos sistémicos que en el 85 % de los casos cursan con la muerte del gato afectado. El tratamiento incluye el antídoto específico en el caso de picadura por la viuda negra y de apoyo para controlar la sintomatología de los otros tipos de picaduras de arañas.
En el caso de las picaduras de abejas, la pata hinchada estará irritada, dolorida e inflamada y, además, puede producir una reacción alérgica general con alteraciones en el ritmo cardiaco y respiratorio, e incluso bloqueo de las vías respiratorias con desfallecimiento y lengua azulada. El tratamiento debe incluir la terapia con antihistamínicos además de extraer el aguijón.
En el caso de hinchazón de la pata por picadura de un escorpión o alacrán, los gatos tendrán un dolor muy manifiesto con inquietud y lamido constante de la pata afectada, además de otros signos que pueden ser muy graves como parálisis del diafragma, dificultades en la deglución o colapso cardiovascular, pulmonar y neurológico, entre otros. El tratamiento incluirá antídotos si el alacrán era venenoso, fluidoterapia, analgésicos y antihistamínicos.