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Ácaros en cobayas

Los ácaros son artrópodos de pequeño tamaño capaces de parasitar una amplia variedad de especies animales, entre ellas, las cobayas, conocidas también como cuyos. En la mayoría de los casos, las cobayas parasitadas suelen mantenerse asintomáticas, siendo necesario que se produzca una situación de inmunocompromiso en el animal para que aparezcan signos clínicos asociados.

¿Qué son los ácaros?

Los ácaros son artrópodos de pequeño tamaño pertenecientes a la subclase de los arácnidos, que no son visibles a simple vista. Algunas especies se han adaptado a la vida parásita, instalándose en la piel de sus hospedadores y produciendo una enfermedad típicamente conocida como sarna. Algunos de ellos son capaces de excavar túneles en la epidermis, mientras que otros se mantienen en el interior de los folículos pilosos o en la superficie de la piel o el pelo.

Las cobayas, al igual que otros roedores y lagomorfos, están especialmente predispuestas a sufrir infestaciones por parásitos externos, entre los que se encuentran los ácaros. Por ello, a lo largo de este artículo, describiremos las principales características de estos parásitos y las alteraciones que producen en las cobayas.

Tipos de ácaros en cobayas

Una vez explicado qué son estos parásitos, es preciso que detallemos qué tipos de ácaros pueden afectar a las cobayas. En concreto, las especies de ácaros que pueden parasitar a estos roedores son:

  • Trixacarus caviae: es un ácaro arador. Se denominan aradores debido a que las hembras excavan túneles o galerías en el estrato córneo de la piel para poner los huevos. Las lesiones que producen suelen localizarse en la región del cuello, las escápulas, el abdomen y la cara interna de los muslos.
  • Chirodiscoides caviae: es un ácaro del pelo, específico de las cobayas, que suele localizarse generalmente en la región perianal, en los flancos y el tronco.
  • Demodex caviae: es un ácaro específico de las cobayas que parasita los folículos pilosos. Las lesiones que produce se suelen observar con mayor frecuencia en la cabeza, las extremidades y el tronco.

Cabe mencionar que, aunque Trixacarus caviae es un patógeno específico de hospedador, se han descrito algunos casos de infestación transitoria en humanos (especialmente en niños), en los que el ácaro puede producir una dermatitis papular con prurito. En concreto, este proceso se considera una "hemizoonosis" dado que una vez que las personas se infestan, el parásito no puede volver a transmitirse de vuelta a los animales. Es decir, el ser humano actúa como "fondo de saco" de la parasitosis.

Síntomas de ácaros en cobayas

Las infestaciones por ácaros en cobayas suelen ser subclínicas, es decir, no producen síntomas. Sin embargo, cuando las cobayas sufren una inmunodepresión (bajada de defensas) por cualquier motivo, es frecuente que aparezcan signos clínicos asociados. En concreto, los síntomas que se pueden observar en los casos de parasitosis por ácaros en cobayas son:

  • Picor o prurito muy intenso: este es el signo más evidente, especialmente en las parasitosis por Trixacarus caviae. En infestaciones masivas, el prurito es tal que se pueden llegar a producir convulsiones.
  • Alopecia: pérdida de pelo.
  • Descamación.
  • Eritema: enrojecimiento de la piel.
  • Lesiones costrosas.
  • Hiperqueratosis: engrosamiento de la piel.
  • Pelo hirsuto: áspero, sin brillo.
  • Anorexia: puede producirse como consecuencia de la acumulación de pelos en la boca, debido a que los animales tratan de aliviar el picor lamiéndose o mordiéndose las zonas afectadas.

En caso de que no se instaure un tratamiento adecuado, las lesiones pueden infectarse, apareciendo así una infección cutánea conocida como pioderma superficial.

¿Cómo se contagian los ácaros en cobayas?

Las cobayas se pueden infestar por dos vías:

  • Por contacto directo con otros animales afectados. Es especialmente frecuente la transmisión de las madres a sus crías durante la lactancia.
  • Por contacto con objetos o utensilios contaminados, como jaulas o camas.

Sin embargo, como ya hemos mencionado, la mayoría de cobayas parasitadas por ácaros se mantienen clínicamente sanas y solo desarrollan sintomatología cuando se ven sometidas a alguna situación que les produce inmunodepresión. En concreto, los factores que pueden desencadenar la aparición de la enfermedad son:

  • Mal manejo
  • Mala alimentación
  • Frío excesivo
  • Presencia de otras enfermedades
  • Gestación
  • Inmunodepresión
  • Situaciones estresantes: como transportes o cambios de hábitat

Algunos de estos factores se pueden evitar ofreciendo al animal los cuidados que necesita. Por ello, te recomendamos consultar nuestro artículo sobre Cuidados de una cobaya.

¿Los ácaros en cobayas se contagian a humanos?

Como ya hemos mencionado anteriormente, sí, el ácaro Trixacarus caviae se contagia a humanos, sobre todo a niños, personas mayores o con el sistema inmune debilitado.

Diagnóstico de ácaros en cobayas

Si te preguntas cómo saber si una cobaya tiene ácaros, la respuesta se encuentra en un adecuado diagnóstico en el centro veterinario. Así pues, el diagnóstico de los ácaros en cobayas se basa en los siguientes puntos:

  • Exploración clínica: en función de la especie de ácaro que parasite al animal, se podrán observar diferentes lesiones cutáneas con distinta distribución corporal.
  • Raspado cutáneo: se debe tomar una muestra de la periferia de las lesiones y observar al microscopio. Se emplea para el diagnóstico de Trixacarus caviae, aunque al ser un ácaro arador que no se encuentra en la superficie, puede ser difícil detectarlo.
  • Cinta adhesiva: esta sencilla prueba consiste en pegar un fragmento de cinta adhesiva sobre la piel del animal para después observarla al microscopio. Es una técnica eficaz para diagnosticar parasitosis por ácaros superficiales, como Chirodiscoides caviae.
  • Tricograma (examen del pelo): consiste en tomar una muestra de pelo y observarla al microscopio. Suele realizarse para el diagnóstico de Demodex caviae.

¿Cómo eliminar ácaros en cobayas? - Tratamiento

El primer punto importante en el tratamiento de ácaros en cobayas es eliminar (siempre que sea posible) la causa que está generando una inmunodepresión en el animal. Para ello, se debe:

  • Revisar el manejo del animal (hábitat, condiciones ambientales, alimentación, etc.) para detectar posibles errores y corregirlos.
  • Realizar una exploración clínica completa, incluyendo las pruebas complementarias que se consideren oportunas, para detectar otras patologías concurrentes e instaurar el tratamiento adecuado.
  • Detectar cambios recientes (nuevos mascotas en el hogar, viajes, cambios de hábitat, etc.) que hayan supuesto un estrés para el animal.

El segundo punto del manejo terapéutico consiste en el tratamiento farmacológico, el cual debe ser siempre pautado por un veterinario/a. Este tratamiento puede incluir:

  • Antiparasitario sistémico: como tratamiento antiparasitario suelen usarse lactonas macrocíclinas (como ivermectina, selamectina o doramectina) por vía subcutánea, durante 7 días.
  • Antiparasitario tópico: se deben realizar baños con amitraz cada 7 días durante 4 semanas.
  • Bromociclen: el uso de bromociclen en polvo o en baños, cada 2 semanas, es muy efectivo en los casos de sarnas leves.
  • Diazepam: en los casos de picor o prurito muy intenso, puede estar recomendada la administración de diazepam.

El último punto se basa en la desinfección del ambiente. Como hemos señalado, el contagio también se puede producir a partir de objetos contaminados, por lo que es fundamental realizar una correcta desinfección del ambiente para evitar la reinfestación continua del animal. Los textiles que hayan tenido contacto con el animal parasitado (mantas, alfombras, peluches, etc.) se deben lavar a temperatura alta (60 ºC). El resto de superficies se deben aspirar con una aspiradora convencional. Al terminar, es importante desechar el filtro de la aspiradora ya que, de lo contrario, los ácaros se podrían dispersar a otras zonas del hogar.

En caso de que convivan varias cobayas juntas, es importante aislar a aquellas que presenten sintomatología. Además, se debe desparasitar de forma preventiva a las cobayas que permanezcan aparentemente sanas, ya que puede que se hayan contagiado pero permanezcan asintomáticas.

Para terminar, debemos señalar la importancia de mantener unas correctas medidas de bioseguridad a la hora de administrar el tratamiento a las cobayas infestadas por Trixacarus caviae, debido al riesgo de transmisión a las personas. De igual manera, es importante que los niños se mantengan alejados de estos animales hasta su completa curación para evitar la zoonosis.