Enfermedades de los conejos en los ojos
Al igual que ocurre con el resto de animales, los conejos pueden sufrir una gran variedad de patologías oftalmológicas, las cuales pueden afectar a distintas estructuras oculares. Conocer los principales signos clínicos asociados a estas patologías es crucial para detectar de forma temprana cualquier problema ocular, actuar con rapidez y evitar complicaciones.
Dacriocistitis
La dacriocistitis es una enfermedad ocular muy común en los conejos. Se trata de una inflamación e infección del sistema encargado del drenaje de las lágrimas, concretamente de la cisterna y el conducto lacrimal. El conducto nasolacrimal es un canal que conecta el ojo con la cavidad nasal, el cual permite el drenaje de la lágrima. En los conejos, este conducto tiene una ruta tortuosa, con varios estrechamientos repentinos que favorecen que a menudo se produzcan obstrucciones totales o parciales del conducto. Como consecuencia, la lágrima comienza a acumularse, generándose las condiciones idóneas para el desarrollo de una infección.
Por lo general, esta patología suele ser secundaria a una enfermedad dental subyacente, aunque también puede deberse a rinitis, granulomas o, menos frecuentemente, a infecciones primarias del conducto.
El signo clínico más evidente en estos conejos es la presencia de un exudado seromucoso o mucopurulento en el canto interno del ojo. Aunque la sintomatología permita el diagnóstico del proceso, es necesario realizar pruebas complementarias (radiografía, TAC, etc.) para determinar la causa de la dacriocistitis. Además, será necesario tomar una muestra para realizar un cultivo microbiano y poder establecer un tratamiento antibiótico específico.
Tratamiento
El tratamiento de la dacriocistitis en los conejos debe incluir:
- Lavado del conducto nasolacrimal (flushing) con suero salino fisiológico dos veces por semana. Esto ayuda a eliminar los exudados acumulados en el conducto y permite restablecer el flujo normal de lágrimas.
- Tratamiento antibiótico: se tendrá en cuenta el microorganismo aislado en el cultivo para instaurar una terapia antibiótica especifica.
- Tratamiento de la causa primaria (si se conoce).
Glaucoma
El glaucoma es una patología caracterizada por el incremento de la presión intraocular, que termina produciendo la degeneración del nervio óptico y con ello la pérdida de visión.
En los conejos, el glaucoma puede ser un proceso:
- Primario: por un defecto congénito del ángulo iridocorneal que impide que el humor acuoso drene correctamente. Como consecuencia, el humor acuoso se acumula dentro del ojo e incrementa la presión intraocular. Es el tipo de glaucoma más frecuente en los casos de conejos domésticos.
- Secundario a otras patologías oculares: como cataratas, uveítis, neoplasias intraoculares, etc., que también alteran el drenaje del humor acuoso y favorecen el incremento de la presión intraocular.
Los signos oculares que se pueden observar en los conejos con glaucoma son:
- Dolor ocular: los conejos suelen demostrar el dolor con apatía y depresión, y suelen rascarse o frotarse la cabeza del lado del ojo afectado.
- Buftalmia: aumento del tamaño del ojo por el exceso de presión intraocular.
- Edema corneal difuso: opacidad de la córnea.
- Midriasis: dilatación pupilar.
- Pérdida de visión.
El diagnóstico se basa en tres puntos:
- Exploración oftalmológica completa.
- Tonometría: consiste en la medición de la presión intraocular.
- Gonioscopia: consiste en la exploración del ángulo iridocorneal (punto por el que drena el humor acuoso) con un instrumento llamado gonioscopio.
Tratamiento
El objetivo que se persigue con el tratamiento del glaucoma es mantener la presión intraocular en valores normales para evitar que se lesione el nervio óptico y se produzca la pérdida de visión.
- En glaucomas agudos: existen probabilidades de recuperar la visión del animal, por lo que se debe instaurar un tratamiento de urgencia para disminuir la presión intraocular. Para ello, se pueden emplear colirios con inhibidores de la anhidrasa carbónica (como la dorzolamida), bloqueantes de los receptores beta-adrenérgicos (como el timolol) o hipotensores (como el manitol).
- En glaucomas crónicos: la ceguera es irreversible, por lo que la terapia únicamente va dirigida a reducir el dolor ocular mediante una cirugía lo más estética posible. En función del caso, puede realizarse una enucleación (retirar el globo ocular y cerrar el párpado) u optar por una opción más estética, como el vaciado del globo ocular y la colocación de una prótesis intraocular.
Uveítis
La uveítis es otra de las enfermedades de los conejos en los ojos más frecuentes y consiste en la inflamación de la úvea, la capa vascular del ojo compuesta por el iris, los cuerpos ciliares y la coroides.
Aunque existen múltiples causas capaces de producir una uveítis, en los conejos hay dos especialmente frecuentes:
- Causas traumáticas.
- Causas infecciosas: por Encephalitozoon cuniculi (produce la denominada uveítis facoclástica), Pasteurella spp. o Staphylococcus spp.
Los signos más frecuentes en los casos de uveítis son:
- Blefarospamo: ojo cerrado por dolor ocular.
- Hiperemia: ojo rojo.
- Epífora: lagrimeo.
- Miosis: contracción pupilar (no siempre se produce).
- Edema corneal difuso: opacidad de la córnea.
- Cuando el proceso avanza se puede observar hifema (depósito de sangre en la cámara anterior), hipopion (depósito de glóbulos blancos en la cámara anterior) o cataratas (opacidad del cristalino).
El diagnóstico de la uveítis en conejos se realiza mediante una exploración oftalmológica completa, pero además será importante realizar una batería de pruebas complementarias para conocer la causa de la uveítis (análisis de sangre y orina, ecografía y radiografía ocular, etc.).
Tratamiento
El plan terapéutico debe centrarse en tres aspectos:
- Tratamiento de la causa primaria que ha originado la uveítis: especialmente cuando existan causas infecciosas, que requerirán un tratamiento antibiótico o antiparasitario específico.
- Control de la inflamación: mediante fármacos antiinflamatorios (corticoides o AINEs), vía tópica o vía sistémica. Cabe destacar que el tratamiento con corticoides está contraindicado cuando la causa sea infecciosa.
- Control del dolor ocular: con colirios ciclopéjicos de tropicamida.
El pronóstico depende fundamentalmente de la causa de la uveítis, de manera que las uveítis de origen traumático tienen mucho mejor pronóstico que las de origen infeccioso.
Cataratas
Una catarata es una opacidad del cristalino que, en función de su extensión y su grado de madurez, puede producir diferentes grados de pérdida de visión.
Su diagnóstico requiere:
- Dilatación de la pupila con tropicamida para poder explorar la lente completa.
- Exploración mediante retroiluminación: permite observar con claridad la opacidad del cristalino.
- Ecografía ocular y electrorretinografía: para corroborar que la pérdida de visión se debe a la catarata y no a otra alteración ocular.
Tratamiento
El tratamiento es necesariamente quirúrgico dado que no existe ningún tratamiento médico capaz de eliminar la opacidad del cristalino. En concreto, la cirugía de elección es la facoemulsificación, que consiste en la extracción del cristalino y su sustitución por una lente intraocular.
El pronóstico tras la cirugía es muy bueno, de forma que entre el 90-95% de los conejos recuperan la visión.
Conjuntivitis
La conjuntivitis se define como la inflamación de la conjuntiva, la membrana mucosa que cubre la cara posterior de los párpados y la parte anterior del globo ocular.
Las causas de las conjuntivits en conejos pueden ser múltiples, siendo algunas de las más relevantes:
- Infecciones bacterianas: el saco conjuntival del conejo contiene una flora microbiana fisiológica que puede volverse patógena en determinadas circunstancias. En las conjuntivitis de los conejos se aísla con frecuencia el patógeno Staphylococcus aureus.
- Infecciones virales: como la producida por el virus de la mixomatosis, especialmente en conejos no vacunados.
- Infecciones parasitarias: como la producida por el microsporidio Encephalitozoon cuniculi.
- Enfermedad dental: como sobrecrecimiento de las raíces dentales o abscesos dentales.
- Cuerpos extraños: como heno, paja, hierba o semillas, que pueden adherirse al ojo e irritar la conjuntiva.
Los signos más frecuentes de las conjuntivitis en conejos son:
- Hiperemia conjuntival: ojo rojo.
- Quemosis: edema de la conjuntiva.
- Epífora: lagrimeo.
- Exudados serosos, mucosos o purulentos.
- Hiperplasia conjuntival y formación de folículos.
Tratamiento
El tratamiento de las conjuntivitis dependerá de la causa primaria, de manera que podrán administrarse antibióticos, antivirales o antiparasitarios en caso de infección, tratamientos quirúrgicos en casos de patologías dentales, etc.
Úlceras corneales
Las úlceras corneales también se encuentran entre las enfermedades de los ojos en conejos más frecuentes. La córnea es la capa transparente más externa del ojo, que cubre el iris y delimita frontalmente la cámara anterior. Al igual que en otras especies, la córnea del conejo está formada por 4 capas: el epitelio externo, el estroma, la membrana de Descemet y el endotelio interno. Cuando esta estructura sufre una agresión externa, se produce una herida denominada úlcera corneal, que puede afectar a una o a varias capas de la córnea. En el caso de los conejos, las úlceras suelen producirse como consecuencia de peleas con otros animales o por frotarse la cara contra los barrotes de la jaula o contra materiales abrasivos (alfombras, material de cama, etc.). No obstante, también pueden aparecer como consecuencia de otras patologías, como queratoconjuntivitis seca (u ojo seco), entropión, buftalmia, etc.
Dependiendo de su profundidad, las úlceras corneales se clasifican en:
- Úlceras superficiales: solo se afecta el epitelio externo y la capa superficial del estroma.
- Úlceras profundas: se pierde una parte importante del estroma.
- Descemetocele: cuando llegan a la membrana de Descemet.
- Úlcera perforada: cuando se llega a perforar por completo la córnea y se produce la protrusión del iris a través de la herida.
Los signos clínicos más comunes de las úlceras corneales en conejos son:
- Epífora: lagrimeo.
- Blefarospasmo: ojo cerrado por dolor.
- Hiperemia conjuntival: ojo rojo.
Para el diagnóstico es necesario realizar:
- Una exploración oftalmológica completa: además de la pérdida de tejido, se podrá observar edema corneal focal. En casos crónicos, es posible observar la formación de nuevos vasos y la infiltración celular en la córnea.
- Una tinción con fluoresceína: este tinte delimitará la úlcera corneal al fijarse al estroma, no obstante, se debe tener en cuenta que esta técnica no será efectiva en casos de úlceras muy profundas en las que se haya perdido todo el estroma (descemetocele o perforación).
Tratamiento
El tratamiento de las úlceras corneales en conejos depende de la causa, la profundidad/extensión y la gravedad:
- En caso de úlceras superficiales: se debe administrar un colirio antibiótico de amplio espectro (como combinaciones de neomicina, polimixina B y gramicidina) para prevenir la infección y favorecer el proceso de cicatrización. Además, se debe administrar un colirio ciclopéjico (como tropicamida o ciclopentolato) para reducir el dolor.
- En caso de úlceras profundas, complicadas o infectadas: se debe aumentar la frecuencia de administración del colirio antibiótico (cada 1-2 horas) y debe aplicar un suero autólogo para frenar la destrucción del tejido corneal. Si el animal no responde y la úlcera sigue progresando a pesar del tratamiento médico, puede ser necesario un tratamiento quirúrgico.
Además, en cualquiera de los casos debe colocarse un collar isabelino para prevenir que el animal se autotraumatice al rascarse, dado que esto podría complicar aún más el daño corneal.
Dacriocistitis
La dacriocistitis es una enfermedad ocular muy común en los conejos. Se trata de una inflamación e infección del sistema encargado del drenaje de las lágrimas, concretamente de la cisterna y el conducto lacrimal. El conducto nasolacrimal es un canal que conecta el ojo con la cavidad nasal, el cual permite el drenaje de la lágrima. En los conejos, este conducto tiene una ruta tortuosa, con varios estrechamientos repentinos que favorecen que a menudo se produzcan obstrucciones totales o parciales del conducto. Como consecuencia, la lágrima comienza a acumularse, generándose las condiciones idóneas para el desarrollo de una infección.