Noticias

Cómo se reproducen los caballos

Al igual que los perros, los caballos vienen acompañando la humanidad desde hace varios siglos, a lo largo de los cuales no solo nos han hecho compañía, sino que también han posibilitado el desarrollo productivo, económico y cultural de nuestras sociedades. Por su imponente belleza, su gran inteligencia y sensibilidad, los caballos han logrado adaptarse a las más diversas actividades y deportes, y su crianza es hoy ampliamente extendida en todo el mundo.

La reproducción de los caballos

Con la llegada de la primavera, el incremento del calor y de la disponibilidad de luz natural estimula unos centros receptores en el cerebro de los caballos que "ordenan" un incremento en la producción y liberación de hormonas sexuales.

En consecuencia, las yeguas entran en celo, presentando síntomas como la vulva hinchada, una posible secreción mucosa y se mostrarán receptivas a los machos. A su vez, los caballos machos experimentarán picos de actividad sexual al percibir que las hembras son fértiles, a través de la detección de las feromonas que liberan en su orina durante el celo.

Ello marca el inicio de la época reproductiva de los caballos, que puede extenderse hasta las últimas semanas del verano, o hasta el comienzo del otoño. Uno de los aspectos más curiosos y reconocidos de la reproducción de los caballos es el elegante y complejo cortejo que llevan a cabo los machos para ganar la aceptación de las hembras y poder realizar la monta.

Pero también existen muchas curiosidades y datos esenciales a tener en cuenta para entender cómo se reproducen los caballos y cómo nacen los potros. A continuación, veremos en más detalle algunos puntos clave sobre el comportamiento y el ciclo sexual en las yeguas y en los caballos machos, culminando con el nacimiento de sus crías tras una gestación promedio de 11 meses.

Madurez sexual, celo y monta en los caballos

El inicio de la edad reproductiva en los caballos suele coincidir con la llegada de la pubertad, lo que ocurre más tardíamente en las hembras. Mientras los caballos machos se tornan sexualmente activos entre los 14 y 18 meses de vida, las hembras pueden experimentan su primer celo entre sus 15 y 24 meses de vida.

No obstante, no se considera que un caballo o una yegua han alcanzado su madurez sexual hasta que cumplan 4 años, edad en la que ya están completamente preparados para dar origen a crías fuertes y saludables. Pero, ¿cada cuánto entran en celo las yeguas? Y los caballos machos, ¿entran en celo?

Las yeguas presentan ciclos estacionales de ovulación que ocurren en las estaciones del año más cálidas y con mayor disponibilidad de luz. Por ello, generalmente las yeguas entran en celo cada 21 días durante la primavera y el verano. Durante los ciclos fértiles de la yegua, el sangrado puede durar entre 5 y 7 días, pero la hembra solo está ovulando en las ultimas 48 o 24 horas de cada periodo fértil. En líneas generales, una yegua permanece fértil hasta sus 15 años de vida, cuando suele producirse su último celo. Pero ello puede variar según la raza, el metabolismo y el estado de salud de cada hembras.

A su vez, los machos permanecen en un celo constante desde que se tornan sexualmente activos, pero presentan picos de mayor actividad sexual que coinciden con los periodos de celos en las yeguas. Los caballos machos son fértiles durante toda su vida, por ello pueden reproducirse y engendrar crías durante todo el año, siempre que encuentren una yegua fértil para aparearse.

Como veremos en más detalle en el siguiente apartado, el apareamiento y la fecundación en los caballos se concreta a través de la monta, como en la gran mayoría de los mamíferos.

¿Cómo se aparean los caballos?

El apareamiento en los caballos empieza con el cortejo que realizan machos para atraer y agradar a las hembras antes de proceder a montarlas. Al acercarse a la hembra fértil, el macho adopta una postura imponente y altiva, arqueando ligeramente su cuello para resaltar los músculos de su pecho y hombros. Entonces, emite de forma enérgica unos relinchos que son más graves y prolongados que los habituales.

El último paso del cortejo de los caballos es el más espectacular y reconocido, consistiendo en la ejecución de una especie de danza en círculos que el macho realiza para captar la atención de la hembra y evidenciar su intención de aparearse con ella. Observamos que, para ejecutar este "baile de cortejo", el macho levanta significativamente sus cascos del suelo, mientras gira sobre su proprio eje.

Caso la hembra se muestre receptiva, el macho continuará el ritual de conquista al acariciarla en el cuello con su hocico y frotarse suavemente contra su cuerpo para, lenta y cuidadosamente, proceder a olfatear su cola, su grupa, sus patas traseras y sus genitales. Si todo ocurre de forma positiva, la hembra apartará su cola para demostrar que está preparada para aparearse y el macho procederá con la monta. El cortejo es mucho más largo que la monta en los caballos, que suele durar tan solo unos minutos.

Gestación de la yegua

Como casi todos los mamíferos, los caballos son animales vivíparos, o sea, la fecundación y el desarrollo de las crías ocurre en el interior del vientre de las hembras. El embarazo de la yegua puede durar entre 10 meses y 1 año, dependiendo de la raza de caballo a que pertenece cada hembra y las particularidades de su organismo, ya que cada equino tiene un metabolismo singular. Así mismo, podemos decir que el tiempo de embarazo de una yegua promedio es de unos 11 meses, tras los que la hembra embarazada dará la luz a un único potro.

Durante el embarazo, las hembras necesitan recibir unos cuidados especiales para preservar su buena salud. La alimentación de una yegua embarazada es un aspecto clave, ya que su organismo necesita recibir la energía y los nutrientes esenciales para el correcto desarrollo de la cría, por lo que es normal que su apetito se incremente. Su dieta debe ser más enérgica y rica en proteínas de fácil asimilación, vitaminas, minerales y fibras, por lo que se recomienda la incorporación de alimentos frescos y naturales para complementar la nutrición durante el embarazo de la yegua, como pueden ser el heno de alta calidad, la alfafa, la avena o legumbres tratados térmicamente.

Así mismo, es importante que una yegua embarazada mantenga una actividad física equilibrada durante la gestación para evitar el sobrepeso, la pérdida de masa muscular y consecuentes complicaciones en el parto. Para evitar el riesgo de abortos espontáneos, no se recomienda que las yeguas preñadas sean montadas después del quinto o sexto mes de gestación, pues a partir de esta etapa las crías entran en acelerado desarrollo en el interior de su vientre. Y lógicamente, un ambiente positivo y el acompañamiento de un veterinario especializado serán cuidados indispensables durante la gestación de la yegua.

¿Cómo nacen los caballos?

Cuando se acercan al décimo mes de embarazo, las yeguas empiezan a prepararse para el parto de sus crías, que generalmente ocurre durante la noche o la madrugada, cuando es posible disfrutar de mayor tranquilidad. Por lo general, las hembras dan la luz rápidamente tras unos 15 o 20 minutos en un entorno positivo y calmado. Pero como son muy sensibles y alertas, las yeguas pueden postergar el parto caso perciban cualquier amenaza en su entorno.

Los potros suelen nacer durante la primavera, cuando el clima es favorable a su desarrollo y existe abundante pasto disponible para la alimentación de las yeguas. Como es común en los equinos, las crías son capaces de levantarse solo algunos minutos después de nacer y rápidamente buscan a sus madres para alimentarse de su leche.

Los caballos recién nacidos son lactantes, es decir, la leche materna es el único alimento capaz de suplir integralmente sus requerimientos nutricionales, y ser completamente asimilado por su tracto digestivo. Durante sus primeros seis u ocho meses de vida, los potros serán amamantados por sus madres y, poco a poco, empezarán a incorporar nuevos alimentos en su dieta durante el periodo de destete.

Un dato curioso sobre el nacimiento de los caballos es que las piernas de los potros recién nacidos ya tienen casi 90% de su altura en su edad adulta. En consecuencia, las crías son incapaces de alcanzar el suelo para alimentarse del pasto, lo que podría ser una adaptación evolutiva considerando que el organismo de los recién nacidos no es capaz de digerir otros alimentos que no sean la leche materna.