Rinitis en perros
Para detectar la rinitis en perros suelen ser necesarias pruebas como radiografías, cultivos o rinoscopia para poder obtener información del interior de la región nasal. Sigue leyendo para descubrir cómo saber si tu perro tiene rinitis y en qué consiste el tratamiento.
Anatomía de la región nasal del perro
En la nariz del perro podemos observar, a simple vista, los dos orificios nasales. En su interior, recorriendo todo el hocico, se encuentra la cavidad nasal, dividida en dos fosas nasales, que acaban conectando con la garganta. Además, la cavidad nasal se extiende en los llamados senos frontales y maxilares. Cualquier infección que afecte a la cavidad puede propagarse a los senos.
La mucosa que recubre la región nasal está muy irrigada y actúa como barrera protectora para defender la zona ante la entrada de bacterias o de cualquier sustancia susceptible de causar irritación, que va a ser conducida hacia la garganta, donde se traga o se expulsa con la tos. La cavidad nasal es muy sensible y, debido a la elevada irrigación, sangra con facilidad. La secreción que sale de la nariz en un principio puede deberse a la presencia de alguna sustancia irritante, lo que también suele manifestarse con estornudos. Una secreción nasal que persiste puede ser signo de rinitis en perros y la tiene que valorar el veterinario.
Causas y síntomas de rinitis en perros
La rinitis en perros consiste en una inflamación de la cavidad nasal. Si esta llega a extenderse a los senos recibirá el nombre de sinusitis. Los signos típicos de rinitis son los siguientes:
- Estornudos.
- Secreción nasal, que suele ser espesa y con mal olor.
- Náuseas o arcadas que se deben a las sustancias que llegan de la nariz a la garganta.
Las causas detrás de la rinitis en perros son varias. Cuando estamos ante perros jóvenes, la rinitis suele aparecer después de infecciones respiratorias en las vías altas como las producidas por virus, pero, también, por la presencia de cuerpos extraños o por traumatismos en la nariz. Las infecciones de origen vírico pueden complicarse con infecciones bacterianas oportunistas.
En cambio, en los perros de más edad las rinitis se asocian más a la aparición de tumores o de infecciones en la boca. En estos casos la secreción nasal suele circunscribirse a una única fosa. Además, esta secreción puede contener sangre. Como hemos dicho, cualquier secreción nasal que persista va a requerir atención veterinaria.
Tratamiento para la rinitis en perros
Ante los síntomas de rinitis nuestro veterinario realizará las pruebas pertinentes para determinar la causa de la inflamación, ya que es lo que nos va a servir para establecer el tratamiento adecuado. Si hay presencia de bacterias se hace necesario prescribir un antibiótico, al menos durante un par de semanas. Si aparecen hongos el tratamiento de elección será un antifúngico, que también debe administrarse durante semanas.
En ocasiones, las rinitis en perros se cronifican, lo que complica su resolución. Son casos en los que se necesitará un antibiótico específico y, en los más complejos, incluso habrá que recurrir a la cirugía para limpiar por completo la cavidad nasal.
Síntomas y tratamiento de rinitis alérgica en perros
La rinitis en perros también puede tener un origen alérgico. Los síntomas son como los anteriormente descritos con la diferencia de que la secreción nasal será transparente. Además, el perro tendrá picor, secreción ocular, se rascará o frotará la cara y se lamerá las patas.
Al principio este cuadro suele ser estacional, pero acabará por presentarse durante todo el año. El perro puede ser alérgico a pólenes, al polvo del hogar, a fibras vegetales, moho, etc. Es difícil de tratar porque no suele ser posible evitar el contacto con las sustancias que desencadenan la alergia, que, además, suelen ser cada vez más.
Por ello, el tratamiento va a pasar por controlar los síntomas, identificar el alérgeno mediante la realización de pruebas cutáneas y, en algunos casos, aplicar inmunoterapia, es decir, administrar vacunas específicas.