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Sarna en caballos

La sarna es una patología que aún en la actualidad causa gran preocupación entre los cuidadores de animales y se asocia con unos cuidados deficientes y la posibilidad de contagio a otros animales, incluso a los seres humanos.

¿Qué es la sarna? - Tipos de sarna en caballos

La sarna es un parásito aracniforme minúsculo que habita en la piel de algunos animales, no solo caballos, perros, gatos e incluso humanos, pueden verse afectados por este desagradable huésped. Hay diferentes tipos de sarna. Algunos van a excavar túneles en la piel y eso va a producir un intenso picor. Otros, sin llegar a "arar" la piel, causan molestias al alimentarse de células y secreciones. Entre los diferentes tipos de sarna en caballos se distinguen los siguientes:

  • Sarna sarcóptica, que es la producida por Sarcoptes equi. Es un ácaro bien conocido porque puede atacar también a animales domésticos y seres humanos, aunque este tipo es específico de los caballos. Se caracteriza por producir un intenso picor. Comienza afectando a la cabeza (labios, zona periocular, orejas), cuello, grupa y lomo y puede extenderse al resto del cuerpo. Produce unos pequeños bultos sobre la piel y alopecias. Si se deja progresar la enfermedad el caballo puede mostrar apatía y anorexia.
  • Sarna de los pies o corióptica, es la producida por Chorioptes equi. Produce molestias características en las patas, sobre todo en los cascos y los cuartos traseros, que hacen que los caballos golpeen el suelo en un intento de librarse del picor. Es de avance más lento y puede permanecer tiempo reducida a una única extremidad.
  • Sarna psoróptica, causada por Psoroptes equi, que ataca zonas de pelo más largo o de articulación. Suele encontrarse en nuca, axilas o ingles. Produce también picor.

Síntomas y diagnóstico

Entre los síntomas de la sarna en caballos destaca el siguiente cuadro clínico:

  • Prurito, más o menos intenso, que puede tener su origen en la propia actividad del ácaro o en infecciones secundarias que aprovechan la acción lesiva del parásito.
  • Zonas con alopecia más o menos extensas por la acción del parásito sobre la piel, que acabará mostrando una apariencia engrosada.
  • Heridas, costras o ampollas provocadas por el rascado constante.
  • En casos más graves, el caballo puede presentar debilidad generalizada, anorexia, apatía, etc.

El diagnóstico se lleva a cabo mediante la observación directa del parásito al microscopio, prueba para la que se toma una muestra raspando la piel. No siempre se consigue localizar y observar al ácaro así que se pauta el tratamiento en base a la sintomatología característica y/o a la respuesta a la medicación prescrita.

Tratamiento y cuidados

Una vez identificado el tipo de ácaro causante de la sarna en caballos y, siempre bajo supervisión veterinaria, se prescribe un tratamiento específico que suele consistir en desparasitadores acaricidas de uso tópico u oral.

Generalmente, se necesitan varias aplicaciones y hay que asegurarse de cumplir el tratamiento hasta su finalización para erradicar por completo la parasitosis, aunque veamos signos de mejoría antes. En algunos casos pueden necesitarse fármacos para las infecciones secundarias. Por supuesto, si hay que aplicar lociones o champús debemos asegurarnos de que penetren bien en la piel. Para ello se puede cortar el pelo.

Debemos desinfectar el establo y los utensilios, silla de montar incluida, para eliminar el ácaro del ambiente ya que el contagio se produce por contacto directo. También nosotros debemos lavarnos bien las manos después de manipular al animal. La sarna suele ser muy contagiosa, por lo que es crucial mantener medidas preventivas como las que describiremos en el siguiente apartado.

Prevención de la sarna en caballos

La prevención para evitar la sarna en caballos comprende las siguientes medidas, dirigidas a mantener la higiene y salud de los caballos para evitar la propagación del ácaro y, así, minimizar el riesgo de contagio a otros animales y la reinfestación del caballo enfermo:

  • Cumplir las desparasitaciones, vacunaciones y revisiones veterinarias marcadas por nuestro profesional de referencia.
  • Mantener una higiene adecuada del caballo, prestando atención a los cepillados y baños.
  • Dispensarle una alimentación de calidad, equilibrada, adaptada a sus necesidades y en cantidad suficiente.
  • Proporcionarle un espacio amplio para ejercitarse, así como un establo limpio donde descansar.
  • A la hora de introducir nuevos animales, debemos asegurarnos de que se encuentran convenientemente desparasitados. De desconocer este dato debemos mantener un tiempo de aislamiento.
  • Evitar el hacinamiento ya que es con el contacto directo como se transmite este parásito.