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Encephalitozoon cuniculi en conejos

La encephalitozoonosis es una enfermedad muy temida entre las personas que conviven con conejos como mascotas. Se trata de un hongo parásito intracelular que infecta al conejo perjudicando varios de sus órganos como los ojos, el riñón y el sistema nervioso. Es muy importante saber que esta enfermedad sólo causa enfermedad en las personas inmunosupresoras (por ejemplo, con cáncer o VIH), quedando fuera de riesgo el resto.

Debido a los cada vez más frecuentes casos de abandono de conejos debido a esta enfermedad, es necesario conocer algunas cosas sobre ella como: ¿qué es? ¿cómo se transmite? ¿es peligrosa para las personas?

¿Qué es el Encephalitozoon Cuniculi?

La encephalitozoonosis es una enfermedad causada por un parásito interno tipo hongo perteneciente a la familia de los microsporidios. Aunque afecta principalmente a los conejos, puede afectar también a otras especies como los hámsters, los ratones, las cobayas, los zorros, los primates, los perros... incluso a las personas.

Es un parásito que se introduce en las células y se reproduce, infectándolas y produciendo una inflamación en los órganos afectados.

Cómo se produce la infección

La transmisión del Encephalitozoon cuniculi se produce por vía horizontal y vertical (de la madre a las crías). En los conejos sucede, sobre todo, de forma horizontal, a través de la ingesta o la inhalación de esporas secretadas a través de la orina de un conejo infectado.

El parásito recorre diferentes órganos hasta instalarse en el cerebro, los ojos y los riñones.

Síntomas de la encephalitozoonosis

La enfermedad cursa con diferentes manifestaciones, sobre todo neurológicas; es muy común la inclinación de la cabeza. No obstante, el conejo puede estar infectado y no desarrollar nunca la enfermedad. Se piensa que alrededor de un 50% de los conejos domésticos en España podrían ser positivos, pero su sistema inmunitario logra controlar el parásito. En estos casos, el conejo es asintomático.

Cuando nos encontramos con signos neurológicos podemos observar, además de la cabeza ladeada: decaimiento, dificultad para coordinar los movimientos, falta de equilibrio, parálisis en patas traseras y, en casos extremos, parálisis completa. También se puede producir un movimiento involuntario e incontrolable de los ojos y cambios de comportamiento.

En cuanto a los signos oculares, puede aparecer una inflamación en los ojos que llega a provocar la rotura del cristalino (uveítis facolítica); a simple vista podremos observar cataratas.

Cuando la enfermedad afecta al riñón cursa con problemas renales como la polidipsia (beben mucha agua), la poliuria (orinan mucho), deshidratación, pérdida de hambre y de peso.

Tratamiento del Encephalitozoon cuniculi en conejos

Para controlar la enfermedad se utiliza un tratamiento sintomático para atacar a las esporas y evitar la inmunosupresion. El fármaco elegido por preferencia es el Fenbendazol, un eficaz antiparasitario que se utiliza para detener la infección y también como método preventivo en conejos asintomáticos. Además, también previene el contagio.

El tratamiento no mata al parásito ni cura la enfermedad, pero evita su duplicación en las células y frena su crecimiento haciendo que quede en un estado latente. Los síntomas de un conejo que haya estado enfermo pueden desaparecer por completo o parcialmente, pues a veces quedan secuelas.

¿El Encephalitozoon es peligroso para las personas?

Aunque se estima que un 50% de los conejos están infectados sin presentar síntomas ni manifestar la enfermedad y que el parásito también afecta a otros animales con los que convivimos, no se ha detectado infección en las personas con mascotas, por lo que no es peligroso.

En el extraño caso de infección, el sistema inmunitario elimina los parásitos de manera natural, causando unos síntomas leves e inocuos que desaparecen fácilmente, incluso sin tratamiento. Es por este motivo que el Encephalitozoon cuniculi es peligroso para los animales o las personas inmunosupresoras, pues su sistema inmune no es capaz de combatir las infecciones tal y como lo haría uno sano.

Las personas y los animales con un sistema inmune fuerte no se infectan del parásito ni enferman, por lo que no implica ningún riesgo para su salud. Únicamente deben tener precaución las personas inmunodeficientes: enfermos de VIH, personas que hayan recibido un trasplante de órganos, etc.