Cáncer en perros
Lamentablemente, al igual que las personas, los perros también pueden padecer distintos tipos de cáncer. Su causa es desconocida en la mayoría de los casos, lo que complica enormemente su prevención. Por ello, resulta de vital importancia realizar una detección lo más temprana posible de este tipo de procesos, para así mejorar el pronóstico de los pacientes.
¿Qué es el cáncer en perros?
Al hablar de tumores en perros es habitual que nos asalte la duda de cuál es la diferencia entre "neoplasia", "tumor" y "cáncer", puesto que son términos que suelen confundirse. Por ello, vamos a dedicar estas primeras líneas a aclarar en qué se diferencian estos tres términos:
- La palabra "neoplasia" hace referencia al crecimiento descontrolado de células en el organismo y, a nivel médico, es el término más apropiado para referirse a esta enfermedad.
- La palabra "tumor" solía emplearse para referirse a la apariencia física de la neoplasia (generalmente una masa), aunque actualmente este término suele emplearse como sinónimo de neoplasia.
- Por último, la palabra "cáncer" hace referencia únicamente a aquellas neoplasias o tumores malignos.
Ahora que conocemos mejor la terminología, podemos plantearnos por qué se producen los tumores. Pues bien, en condiciones de normalidad, las células del organismo mantienen un equilibrio de los procesos de división y diferenciación. Esto se produce gracias al equilibrio que existe entre los oncogenes (genes que favorecen la proliferación celular) y los genes supresores de tumores (que evitan la aparición de neoplasias, al modular los oncogenes). Sin embargo, en ocasiones, se produce un desequilibrio entre los oncogenes y los genes supresores de tumores, que origina la proliferación desorganizada de células, lo cual se conoce como neoplasia.
Causas de cáncer en perros
Como hemos visto, los tumores o neoplasias se producen por una alteración genética que hace que los oncogenes predominen sobre los genes supresores de tumores. Pero, ¿cuáles son las causas que pueden originar esa alteración genética?
Lo cierto es que existen muchos mecanismos carcinogénicos que pueden producir dicha alteración, abarcando:
- Desde factores intrínsecos, propios del individuo, como la edad, las hormonas, el sistema inmunitario o algunos factores genéticos.
- Hasta factores extrínsecos, externos al individuo, incluyendo radiaciones (como los rayos X), compuestos químicos (como el DDT) o virus (como el papiloma).
No obstante, por desgracia hoy en día seguimos sin conocer la causa de muchos de los tipos de cáncer en perros, lo que complica la prevención de estas patologías en nuestros canes.
Tipos de cáncer en perros
Los tumores pueden clasificarse en base a varios criterios. En función de su comportamiento biológico, los tumores pueden ser:
- Tumores benignos: son tumores bien diferenciados (es decir, las células tumorales se asemejan a las células del tejido normal en el que se asientan) y se caracterizan por tener un crecimiento lento y expansivo, así como una capacidad de invasión local y de metástasis baja. Cabe mencionar que los tumores benignos pueden evolucionar a malignos, pero no al contrario.
- Tumores malignos o cáncer: son tumores poco diferenciados, con un crecimiento infiltrativo, una capacidad de invasión local alta y de metástasis variable. Cuanta mayor sea su capacidad de metástasis, mayor es el grado de gravedad del cáncer.
Por otra parte, los tumores también se pueden clasificar en función del tejido en el que se originan:
- Tumores epiteliales: tienen origen en tejidos epiteliales, ya sea piel, mucosas o glándulas (como el cáncer de mama).
- Tumores mesenquimatosos: tienen origen en tejidos mesenquimales, como el músculo, los huesos, los cartílagos, el tejido conjuntivo, el tejido adiposo o los vasos sanguíneos.
- Tumores mixtos: en los que proliferan células tanto epiteliales como mesenquimatosas.
Conociendo esta clasificación, podemos comprender mejor la nomenclatura que suele emplearse para designar cada tipo de cáncer en perros y tumor benigno. En este sentido:
- Los tumores benignos se nombran con la raíz griega o latina del tipo de célula que prolifera, seguida del sufijo "-oma". Algunos ejemplos son: adenoma, papiloma, fibroma, osteoma, condroma o lipoma.
- Los tumores malignos o cáncer también se nombran con la raíz del tipo de célula que prolifera, pero en este caso terminan en "-carcinoma" si son tumores epiteliales, o en "-sarcoma" si son tumores mesenquimatosos. No obstante, existen algunos tumores que, no siguiendo esta regla de nomenclatura, también se consideran malignos (como el linfoma, el melanoma, el mastocitoma, el seminoma o la leucemia).
Síntomas de cáncer en perros
El cáncer produce sintomatología en los perros debido a que el crecimiento tumoral tiene dos consecuencias directas:
- La lesión ocupa espacio y comprime a las células vecinas, lo que origina una sintomatología por compresión.
- El tumor destruye el tejido donde está, lo que origina una pérdida de función del órgano donde se asienta.
Como consecuencia de estos hechos, pueden aparecer una gran variedad de signos clínicos, siendo los más frecuentes:
- Masas anormales persistentes.
- Úlceras que no cicatrizan.
- Pérdida de peso o apetito.
- Intolerancia al ejercicio.
- Hemorragias.
- Olores desagradables.
- Dificultad para comer o tragar.
- Dificultad para respirar, defecar u orinar.
- Cojeras persistentes.
No obstante, además de los síntomas ocasionados por el crecimiento del tumor o cáncer, también pueden aparecer otros efectos sistémicos del tumor que no son consecuencia directa de su crecimiento, y que se conocen con el nombre de síndromes paraneoplásicos. Los más habituales son:
- Caquexia tumoral: consiste en la pérdida de peso extrema del animal debido a que el tumor requiere mucha energía para crecer.
- Hipercalcemia: algunos tumores, como el linfosarcoma o el adenocarcinoma de sacos anales, aumentan los niveles de calcio en sangre al liberar sustancias que potencian la acción de la paratohormona.
- Fiebre: dado que los tumores pueden liberar factores pirógenos, que actúan sobre los centros termorreguladores del hipotálamo.
- Otros como hiperglucemia, anemia, trombocitopenia, leucocitosis, etc.
Diagnóstico de cáncer en perros
Como hemos visto en el apartado anterior, el cáncer en perros produce una serie de signos clínicos inespecíficos, que son comunes a otras muchas enfermedades. Por ello, es una enfermedad que se debe tener en cuenta casi en cualquier lista de diagnósticos diferenciales.
Entonces, ¿cómo detectar el cáncer en perros? El protocolo diagnóstico puede variar en función del caso, aunque de forma general suele resumirse en los siguientes puntos:
- Reseña del paciente: dos aspectos muy importantes en este punto son la raza y la edad. Existen ciertas razas especialmente predispuestas a padecer tumores malignos, como el bóxer o el golden retriever. La edad también es un factor importante, pues el cáncer es una enfermedad geriátrica cuya incidencia aumenta a partir de cierta edad. Aunque puede aparecer cáncer en perros jóvenes, es mucho más común el diagnóstico de cáncer en perros mayores.
- Anamnesis: es importante conocer la cronicidad del proceso, su evolución y si el animal ha recibido algún tratamiento previo.
- Exploración física: además de explorar los tumores en sí (siempre que sean palpables), es importante palpar los ganglios regionales, puesto que son los primeros puntos en los que metastatizan los tumores. La exploración física, por tanto, aporta información sobre la extensión local del proceso, de ahí su gran relevancia.
- Pruebas laboratoriales: la analítica sanguínea permite conocer el estado general del paciente, aunque no permite confirmar o descartar el diagnóstico de tumor. No obstante, hay una excepción en la que las pruebas laboratoriales sí que son diagnósticas, y es el caso de la leucemia.
- Pruebas de imagen: radiografía, ecografía, TAC y resonancia. Resultan fundamentales para localizar tumores primarios, evaluar la afectación regional y descartar o no la presencia de metástasis.
- Histopatología: consiste en tomar una muestra de tejido (biopsia) y observarla al microscopio. Es la única prueba que permite el diagnóstico definitivo del tumor, pues aporta información sobre el origen exacto, el grado de malignidad y sus características invasivas.
Tratamiento del cáncer en perros
Una vez que se ha diagnosticado la enfermedad, una de las primeras preguntas que se realizan los cuidadores es si el cáncer en perros tiene cura. El tratamiento de los tumores malignos en perros puede abordarse bajo tres modalidades:
- Cirugía: siempre que sea posible, es el tratamiento de elección. En función del tipo concreto de tumor, se debe realizar una cirugía más conservadora o más agresiva. En algunos casos, incluso puede ser necesario realizar una cirugía radical (como amputar una extremidad).
- Quimioterapia: la quimioterapia convencional consiste en administrar fármacos que destruyen las células tumorales, empleando las dosis máximas toleradas por el paciente, seguidas de periodos de descanso. No obstante, además de la quimioterapia convencional, existen otras terapias médicas que también resultan útiles para el tratamiento del cáncer en perros, como son la terapia dirigida y la terapia angiogénica. Cuando se proponen este tipo de tratamientos, es habitual que los cuidadores de perros se planteen si merece la pena la quimioterapia. Lo cierto es que la quimioterapia suele ser un tratamiento paliativo (casi nunca es curativo si no va acompañado de otras terapias). No obstante, resulta de gran ayuda, puesto que ayuda a mejorar la calidad de vida del animal y aumenta el tiempo de supervivencia con mínimos efectos secundarios.
- Radioterapia: se puede emplear como tratamiento único o después de una cirugía, como tratamiento complementario. El problema de esta terapia es su elevado coste y el escaso número de instalaciones que cuentan con esta opción de tratamiento. En el caso concreto de España, solo está disponible en la Facultad de Veterinaria de Lugo.
El abordaje terapéutico depende, en gran medida, del tipo concreto de tumor. Como hemos dicho, el tratamiento de elección es siempre la extirpación del tumor, pero por desgracia existen tumores malignos (como los linfomas o las leucemias) que no son operables, o tumores que requieren la combinación de varias terapias. Es por ello que, en función del tipo de tumor, deberá plantearse un tratamiento curativo o, cuando no sea posible, paliativo.
No obstante, aunque la medicina veterinaria cuenta con distintas posibilidades terapéuticas frente al cáncer, debemos saber que no todos los casos son o deben ser tratables. Ante tumores con muy mal pronóstico y que impidan que el animal disfrute de una calidad de vida aceptable, se debe considerar la opción de la eutanasia en aras del bienestar animal.
Esperanza de vida de un perro con cáncer
Algo que debemos tener en cuenta es que no se puede definir un pronóstico general para el cáncer, puesto que cada tumor tiene un comportamiento biológico diferente que hace que el pronóstico sea distinto en cada caso.
Como es lógico, cuanto mayor sea el grado de malignidad, peor será el pronostico y menor será la esperanza de vida del animal. A continuación, enumeramos los tumores de mejor a peor pronóstico:
- Tumores benignos: como el lipoma o el histiocitoma.
- Tumores malignos localmente invasivos, sin tendencia a metastatizar: como el tumor de Sticker.
- Tumores malignos localmente invasivos, con baja tendencia a metastatizar: como los tumores testiculares.
- Tumores malignos localmente invasivos, con alta tendencia a metastatizar: como osteosarcomas o hemangiosarcomas.
- Tumores malignos diseminados o sistémicos: como leucemias o mielomas.
No es posible establecer con exactitud cuánto dura un perro con cáncer porque, insistimos, depende del tipo, de la edad, de lo avanzado que esté, etc.
¿Cómo prevenir el cáncer en perros?
De forma general, debemos evitar la exposición de nuestros perros a cualquier factor carcinogénico, como rayos X, luz ultravioleta, metales pesados, papilomavirus, etc.
Sin embargo, por desgracia, actualmente desconocemos la causa concreta de la mayoría de los tumores malignos en perros, lo que complica enormemente su prevención. Es por ello que debemos ser conscientes de la importancia que tiene el diagnostico precoz y el tratamiento temprano de este tipo de procesos, puesto que un abordaje rápido de la enfermedad será crucial para el pronóstico de los pacientes.