TE INFORMAMOS SOBRE LA DIABETES CANINA
Se trata de una enfermedad que, seguramente, la mayoría de gente conoce por padecerla algún familiar o amigo. Sin embargo, existe cierto desconocimiento respecto a cómo afecta a los perros. Por eso, vale la pena saber identificar sus síntomas y cómo tratarlos.
¿EN QUÉ CONSISTE LA DIABETES CANINA?
En primer lugar, hemos de señalar que no existen grandes diferencias respecto a su incidencia en las personas. A grandes rasgos, sucede cuando se dan carencias de insulina. Esta hormona es segregada por las células beta del páncreas. Si no se secreta en las cantidades oportunas, no hay control sobre los niveles de glucosa en la sangre.
Se producen, por tanto, complicaciones a la hora de que los tejidos absorban correctamente los macronutrientes (proteínas, grasas e hidratos de carbono). En este sentido, se genera la hiperglucemia, la cual implica los incrementos de azúcar en la sangre.
¿CUÁL ES LA SINTOMATOLOGÍA DE ESTA AFECCIÓN EN LOS PERROS?
Resulta fundamental la detección temprana de este problema de salud para poder ofrecer una solución rápida y eficaz. Por eso, uno de los indicadores más fiables para valorar la deficiencia de insulina es cuando la glucosa en sangre está por debajo de 60 mg/dl.
No obstante, el amo de un perro no suele disponer de medidores para comprobar este índice, por lo que ha de estar atento al cuadro de síntomas que manifiesta el animal para poder llevarlo al veterinario con la mayor urgencia posible.
Además, hay que tener en cuenta que esta enfermedad afecta, en gran medida, a ejemplares bastante mayores. Esta circunstancia suele significar que han acabado por desarrollar la diabetes asociada a otras enfermedades, como las cardíacas o infecciosas.
Nos hemos de fijar sobre todo en si el animal está experimentado unas pérdidas de peso llamativas, al mismo tiempo que sigue teniendo un gran apetito. Aparte, va a sentir una gran sensación de sed.
Estos síntomas vienen acompañados de la presencia de glucosa en la orina, lo que se relaciona con unas necesidades mayores de miccionar. Incluso va a ser habitual que nuestra mascota acabe orinando en su propia casa.
En estados más avanzados de la patología, van a surgir las cataratas. El perro va a notar dificultades en su visión, por lo que hasta puede llegar a chocarse con los objetos que se encuentra a su paso.
¿CÓMO SE DEBE TRATAR LA DIABETES CANINA?
Una vez se cuenta con un diagnóstico certero, es el momento de intervenir. El primer paso consiste en el suministro de las cantidades de glucosa adecuadas mediante inyecciones en el abdomen o tórax.
Por lo general, suelen hacer falta dos inyecciones diarias, aunque posteriormente se van a poder ir reajustando las dosis. Apróximadamente, se llega a tardar un mes en conseguir que los indicadores de salud del perro alcancen la estabilidad.
No debemos olvidar que una dieta con pocas grasas es aconsejable, pero va a haber que controlar si, pese a seguir existiendo un fuerte apetito, el animal continúa adelgazando en exceso. También habrá que estar al tanto de si se reactivan las infecciones urinarias, respiratorias y en la piel.
Por otra parte, que los animales realicen ejercicio físico moderado siempre en los mismos horarios también ayuda a superar este trastorno. Por último, tras llevar a cabo el tratamiento adecuado, vale la pena establecer revisiones cada tres o cuatro meses.