Las caídas repentinas pueden generar golpes que ocasionan lesiones, dando cabida a una hemorragia interna o fracturas que impidan la marcha de tu mascota. Esta desorientación puede tener origen por insuficiencia cognitiva que dificulta la estabilidad de los canes y hace que se tropiecen mientras carecen de resistencia para moverse.
A modo de evitar tambaleos, lo más recomendable será asistir a un veterinario, puesto que las señales siempre se deben a causas médicas.